viernes, 15 de junio de 2007

Soy Porter, Zara Porter (II)

hotelEmulando mentalmente a su diva preferida, la Sharon Stone de Casino, Z. Porter se arrastró con dejes de glamour por el asfixiante pasillo del hotel. Costaba creer que esa horrible moqueta que vislumbraba ahora a duras penas, horas atrás le había parecido "imprescindible", según sus propias palabras. Estás perdiendo tu olfato, querida, se dijo en voz baja. Prescindiendo de los tacones, que colocó suavemente junto a una llamativa maceta, siguió avanzando hasta la puerta de su habitación, la 107. A pocos minutos del amanecer, y con la cara totalmente desencajada, los restos de una noche bañada en polvo blanco se estremecían de cansancio. Restregando con fuerza párpados y mejillas, consiguió tambalearse hasta la cama. Ni siquiera comprobó si había cerrado tras de sí la puerta. No hay nada de valor aquí, sabes, convino consigo misma. Y de modo exasperante, aquella canción seguía reproduciéndose en su cabeza. But love... love will tear us apart again.

1 comentarios:

mart dijo...

Pobre Z. Porter...sin embargo,por si la sirviera de consuelo,esto le ocurre a toda/o incauta/o que se aloja en las habitaciones nº 107...a mi me paso lo mismo en una habitación 107 de un hotel perdido en un rincón de Viena,aunque con un matiz...quita el polvo blanco y añádele espuma blanca de un birra llamada nada menos que jubbilaten...te aseguro que el resultado fue el mismo que el de Z. Porter...malditas habitaciones 107!!!