El ritual, sin variar un ápice, se repite cada mañana. Desde hace 12 años. Igualmente, se maneja con soltura por los pasillos de la facultad. Siempre lo ha hecho. Es más, los pasillos de la vida tampoco tienen secretos para él. ¿O sí?
Lleva divorciado 7 años. Pero no le da mayor importancia, en este momento está centrado en su trabajo. No ha tenido hijos. Y ahora ya es tarde para eso, piensa con convencimiento. Es demasiado perfeccionista para cometer errores. Por eso le dejó su mujer. Y por eso mismo, nadie le soporta. Y sin embargo, sus admiradores son legión. Lástima que eso solo ocurra en el ámbito profesional. En el personal, A. A. no ha tenido tanta suerte.
Link del día: 6plusequal1
2 comentarios:
¡blog hermoso!! ¡felicita!
Bueno Bárbara.Me gusta ese estilo tan sutil del que haces gala a la hora de describir esa doble exsitencia...o mejor dicho apariencia,de ese profesor que limpia con tanto esmero su rolex (me gustó especialmente esa parte)
Nos vemos.
Publicar un comentario