
Meditaba hace unos momentos sobre la posibilidad de establecer unas reglas de ética publicitaria universales, al estilo del juramento hipocrático, que censurara terminantemente y acabara de una vez por todas con la publicidad de mal gusto, chabacana y mal hecha, por este orden.
En fin, que si vosotros no prestarais realmente atención a los amables consejos publicitarios, nosotros no existiríamos, así que gracias por adelantado.
1 comentarios:
En realidad, ya existe un código deontológico como en cualquier otra profesión, aunque algunos no se ciñen a este, precisamente...
Publicar un comentario