miércoles, 3 de septiembre de 2008

Soy Porter, Zara Porter

rockwell
Guardo una maleta en el armario. Quiero decir, una maleta distinta a la que utilizo para mis viajes de placer. La clase de maleta que no me gustaría tener que usar, aunque me tranquiliza su presencia opaca en el estante del armario. No es especialmente agradable a la vista, pero es de tonos neutros y prácticos. Una vez comprobé su peso en la báscula; creo que marcaba los tres kilos, incluyendo el contenido. La extravagancia se me ocurrió leyendo una novela negra infumable, pero útil al respecto. La decisión la tomé cuando me trasladé, hará unos diez meses. También compré un candado, cuando empecé a recibir preguntas indiscretas de mi compañero. De todas maneras, respondí con una honestidad inusual. Creo que abandonó el apartamento días después, pero la confusión nubla ahora mis recuerdos.

1 comentarios:

Anónimo dijo...

Hombre si solo son 3 kilos, tranquila que se la dejan facturar en el aeropuerto...

Por cierto, de que novela negra infumable sacó tal idea?